Cuando nos enfrentamos a un problema nuestras mentes realizan una serie de procesamientos de información para definir las estrategias necesarias para sobrevivir y enfrentarnos a los retos de la vida diaria, a este proceso lo llamamos toma de decisiones.

Todas las personas desde los primeros años de vida, debemos tomar decisiones. La frecuencia y la importancia de las decisiones que tomamos varían enormemente en función de la edad y las responsabilidades de tenemos. La mayoría de nuestras decisiones involucran una mezcla de aspectos racionales y emocionales; estos incluyen valores y creencias sobre el “deber hacer”, el conocimiento y la experiencia previa y las evaluaciones acerca de las posibles consecuencias sobre nosotros mismos y los demás.
La mente es el producto de lo que el cerebro hace y nuestra percepción del mundo depende de la información que tenemos disponible. El cerebro es una computadora eficiente que tiene la tarea de procesar información compleja y tomar decisiones y lo hace en dos fases, inicialmente procesa internamente todas las opciones y al final cuando llega a una conclusión lo lleva a la mente consciente.
En algunos momentos tomar una decisión puede ser difícil y exasperante. El miedo a equivocarnos nos puede paralizar. Si estamos en esta situación, desde la neurociencia, la mejor táctica es dejarnos guiar por nuestros instintos y arriesgarnos, permitir a nuestro inconsciente tomar la decisión de acuerdo a la información que posee y si se equivoca la situación se convierte en una oportunidad de aprendizaje. Muchas veces tendemos a sobrevalorar las consecuencias de nuestros posibles errores.
Ver Artículos Relacionados
Pingback: ¿COMO APRENDE NUESTRO CEREBRO? – Carolina León
Pingback: ¿Cómo afrontar la incertidumbre? – Carolina León
Pingback: ¿Tienes un problema? – Carolina León