Las creencias gobiernan nuestra vida. Cada decisión que tomamos, la hacemos en función de ellas. En este artículo identificaremos los pensamientos que podemos cultivar para promover nuestro desarrollo personal y alcanzar las cosas que nos hacen ilusión.
Las creencias son los sentimientos, pensamientos, inferencias o evaluaciones que hacemos con respecto a lo que nos sucede. Son aprendidas, transmitidas por la cultura y el entorno social en el que nos desarrollamos. Constituyen nuestro modo de vida, determinan la forma como nos relacionamos con el mundo y brindan soporte para superar los problemas que se nos presentan.

La mente es el producto de lo que el cerebro hace y su percepción e interpretación del mundo depende de la información que tiene disponible. Cuando consideramos que lo que creemos es incuestionable y de obligatorio cumplimiento, se afecta nuestra capacidad de realizar análisis objetivos de las situaciones, y de ser flexibles con nosotros mismos y con los demás.
Las buenas creencias contienen el potencial de transformar nuestra vida, para crecer a nivel personal es importante identificar nuestras creencias limitantes, desaprender cuando sea necesario, aprender cosas nuevas y hacernos responsables de las situaciones que vivimos, solo así podremos a alcanzar nuestros sueños y lograr ser felices. Existen cuatro herramientas para desarrollar creencias que potencialicen nuestras capacidades y nos permitan alcanzar el éxito que deseamos:
- Auto concepto: La felicidad duradera requiere conocerse a sí mismo para identificar nuestros puntos fuertes, desarrollarlos y aplicarlos a todas las situaciones de nuestra vida.
- Responsabilidad personal: Hacernos conscientes de las situaciones que vivimos, identificar y contrarrestar las creencias que nos impiden lograr los objetivos y desarrollar un pensamiento más racional que tenga en cuenta nuestras necesidades personales y las consecuencias de nuestras acciones.
- Merecimiento: Estar consciente del presente, disfrutar cada momento de la vida y agradecer lo que tenemos. Se trata de disfrutar el camino que nos lleva hacia la meta deseada y usar el futuro para motivarnos a mejorar y desarrollarnos. Dedicar tiempo para nosotros mismos, darnos gusto, descansar verdaderamente y evitar que el tiempo libre sea “el que sobra”.
- Actitud Positiva: Atender a los acontecimientos positivos de la vida y analizar en qué medida hemos contribuido en éstos. En poco tiempo, notaremos que el nivel de gratitud y satisfacción que experimentamos aumentará de forma considerable y aprenderemos a tener una visión más positiva de la vida.
- Desarrollar una vida plena con compromiso y llena de significado: Poner los puntos fuertes de nuestro perfil de virtudes al servicio de una causa superior, aportando bienestar a nuestros semejantes.
Bibliografía
Ellis A. y Russell G., 1981, Manual de Terapia Racional – Emotiva. Desclee de Brouwer S.A., Bilbao.
Labrador F., Cruzado J., Muñoz M., 2004 Manual de Técnicas de modificación y Terapia de conducta. Pirámide. Madrid
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