En la juventud existen múltiples condiciones que favorecen el uso indebido de sustancias psicoactivas, por este motivo, la sociedad en general y la familia, debemos estar alertas para orientar a los menores y prevenir que tomen decisiones que puedan cambiar su vida. En este artículo revisaremos las manifestaciones de la conducta adictiva y los principales factores de riesgo a fin de que las familias puedan implementar medidas de prevención.
“El mérito mayor del hombre consiste, en dominar las circunstancias lo mejor posible y dejarse dominar por ellas lo menos posible”.
Goethe
Las sustancias psicoactivas modifican en el comportamiento de las personas llevándolas a consumir de forma continua con el propósito de volver a sentir los efectos que antes con una pequeña cantidad se producía y así evitar los síntomas y signos adversos debidos a la abstinencia.

El efecto que generan las drogas en el organismo produce adicción o dependencia, caracterizado por las siguientes señales:
- Uso compulsivo de la sustancia.
- Pérdida de control si no se tiene acceso a la misma.
- Incapacidad para detenerse una vez iniciado el consumo, a pesar de las consecuencias adversas que se pueden presentar.
- Negación del problema (minimización).
- Tendencia a la recaída.
Cuando el drogadicto comienza a emplear compulsivamente una o más drogas, se deterioran sus relaciones interpersonales y se generan cambios en su vida personal, entre los que se encuentran:
- Deseo persistente por interrumpir o controlar el uso de la sustancia sin que esto pueda lograrse.
- Inversión de una parte importante del tiempo en actividades necesarias para obtener la sustancia, usándola o recuperándose de sus efectos.
- Reducción de las actividades sociales, ocupacionales o recreativas a causa del uso de la sustancia.
- Persistencia del uso a pesar del conocimiento de sus efectos negativos.
Existen múltiples condiciones que favorecen el uso indebido de sustancias psicoactivas, a continuación describiremos las principales situaciones que incrementan la vulnerabilidad de los jóvenes:
- Deseo de experimentación, identidad, aventura y riesgo que la escuela y la familia a menudo no satisface, o el bloqueo a las iniciativas e intereses. Estos factores pueden hacer creer al joven que el consumo de drogas ilícitas es una salida a lo que aparece como rutinización de la vida cotidiana.
- Situaciones de fracaso y deserción escolar, así como el desempleo en los sectores populares, o el manejo incontrolado de dinero en jóvenes de las clases altas.
- Presión ejercida por el grupo de amigos; según la sustancia, la frecuencia y el contexto social del consumo, se puede buscar “pasarla bien”, ser parte de lo que está de moda, afirmar la rebeldía, satisfacer la curiosidad o asumir roles propios del adulto. Los grupos de jóvenes suelen ser bastantes cerrados e intolerantes y la presión colectiva descalifica cualquier iniciativa individual que busque no consumir, aunque ellos piensen y hablen de “libertad personal”.
- Presencia de hermanos u otros familiares con problemas de adicción.
- El estrés y la falta de apoyo o soporte social para enfrentar situaciones de conflicto.
Últimas entradas
Pingback: ¿CÓMO DETECTAR UN ADICTO SEXUAL? – Carolina León